miércoles, 9 de octubre de 2013

China compra un pedazo de Ucrania

China no es lo suficientemente grande para dar de comer a su población. Pekín acaba de aprobar la compra de parcelas agrícolas en Ucrania equivalentes al tamaño de toda Galicia.
· El que un día fuese granero del imperio de los zares y de la Unión Soviética pronto pasará a serlo de la China Popular. Los Gobiernos de ambos países han llegado a un acuerdo en virtud del cual la república del este europeo adquirirá tres millones de hectáreas (29.000 kilómetros cuadrados) de tierras de cultivo para que en ella se instalen granjas que surtan de cereales y ganado al mercado chino. La superficie, equivalente en tamaño a la comunidad autónoma de Galicia o a Bélgica, supone el 9% de toda la tierra cultivable de Ucrania.
Las parcelas, localizadas en la región de Dnipropetrovsk, las explotarán una sociedad formada por la compañía china Xinjiang y la ucraniana KSG Agro. La primera fase del proyecto consiste en 100.000 hectáreas (dos veces la superficie del municipio de Madrid) que entrarán en producción inmediatamente. Más tarde irán roturándose el resto hasta alcanzar los tres millones de hectáreas comprados por los chinos. El precio acordado ha sido, según un rotativo de Kiev, de 2.600 millones de dólares, lo que supone una de las mayores inversiones extranjeras que jamás se han hecho en Ucrania.
Pero el acuerdo va mucho más allá de una simple transacción. Los chinos se han comprometido a prestar al Gobierno ucraniano 3.000 millones de dólares para que los destine a desarrollo agrícola. Ucrania recibirá asimismo semillas, equipamiento y una fábrica de fertilizantes. Para sacar la producción de los campos de labor Xianjing ha anunciado que construirá una autopista hasta la costa de Crimea.
La empresa china, de carácter estatal, concentrará su producción en el ganado porcino, cuyo consumo ha aumentado exponencialmente a causa del ascenso imparable en la renta de los chinos que, de no probarla durante décadas, han pasado a comer carne a diario. Para el Gobierno de Pekín esta inversiónen el patio trasero de sus vecinos rusos es de importancia estratégica ya que, a pesar de su gigantesco tamaño, China carece de suficiente tierra cultivable para dar de comer a sus casi 1.400 millones de habitantes. La urbanización del país, concentrada en su cuadrante sudoriental, coincide además con las tierras más fértiles.
El mundo por montera
La compra de tierra en Ucrania es la última de una cadena de inversiones por todo el mundo que persiguen garantizar el suministro de alimentos a un país que crece a tasas de dos dígitos cada año. En Sudamérica las empresas chinas se han hecho ya con plantaciones de soja en Argentina y Brasil que les han supuesto un desembolso de más de 1.500 millones de dólares. El hambre de soja de los chinos se entiende no tanto porque esta oleaginosa forme parte fundamental de su cocina tradicional sino por el hecho de que la soja es una base inmejorable para el pienso que consume el ganado porcino. La mitad de los cerdos del mundo viven en China, y aún así, dado su consumo creciente, necesitan importar cientos de miles de toneladas todos los años.

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