martes, 23 de febrero de 2010

12:13 (lunes 22 de febrero) | La Justicia tiene bajo la lupa 121 cabarets y "privados". En muchos casos, llevan chicas engañadas y luego las obligan a prostituirse. En plena temporada, el negocio ronda el millón de dólares por mes.

Por: Guillermo Villarreal

No las dejan salir a la calle ni hablar por teléfono y les quitan los documentos. Las mantienen cautivas y las someten a un régimen de extremo sometimiento. No importa la hora, las despiertan cada vez que un cliente llama a la puerta o, a veces, para tomarles fotos en pose, semidesnudas, que van a ilustrar folletería y a promocionar el negocio en Internet. Así funciona el millonario negocio de las esclavas sexuales, sobre el que ahora la Justicia de Mar del Plata pone la lupa.

El método puede variar, pero para la Justicia el delito se encuadra bajo la figura de "trata de personas". En la Fiscalía General Federal hay 54 causas abiertas (39 de Mar del Plata, el resto de Dolores, Azul y la Costa), con casi el mismo número de imputados: 32 hombres y 23 mujeres.

La investigación parece ir a fondo. Hace pocos días el Tribunal Oral Federal dictó, en un juicio abreviado, condenas de 4 años de prisión para una pareja que en un chalé ubicado en una esquina del coqueto barrio de Playa Grande explotaba sexualmente a una docena de chicas, entre las que había ocho extranjeras y una menor, de 17 años.

Aunque hay quienes dan su consentimiento para prostituirse, muchas de las chicas que llegan en el verano a "trabajar" a Mar del Plata lo hacen engañadas. Les prometen trabajos en casas de familia como domésticas o niñeras, y al llegar son convertidas en esclavas sexuales. Para reclutar, los explotadores viajan al exterior, aunque otras veces las mujeres llegan solas, seducidas por contactos que los tratantes tienen en algunos destinos.

Los "privados" de Mar del Plata -casas o departamentos que ofrecen servicios sexuales- proliferaron cerca del centro de la ciudad, principalmente en los barrios La Perla, Chauvin y La Terminal. Una investigación basada en las denuncias por las que se generaron algunas de las causas y en diferentes avisos en folletos y volantes dispone sobre el mapa de Mar del Plata 121 prostíbulos. Son los que la Justicia Federal tiene en la mira.

El número mayor está comprendido en las jurisdicciones de las comisarías Primera y Segunda. De allí se deducen las distintas medidas que apuntan a investigar la actuación policial. Un subteniente de la Policía está procesado en una de las causas, con prisión preventiva.

Pero el número de "privados" no siempre es el mismo. "La cantidad de "puertas" aumenta en la misma proporción en que crece la demanda de los consumidores de sexo, y esto en temporada de verano es indudable", relató una fuente de la Justicia.

¿Cuánto dinero manejan las organizaciones? Las fuentes consultadas hacen una cuenta muy simple. Dicen que el promedio es de seis chicas por prostíbulo. Si cada una hiciera $200 por día (depende del monto, sería dos o tres pases al día), recaudarían $1.200 diarios que son $36.000 mensuales. Multiplicado por más de un centenar de establecimientos, la cifra supera, en plena temporada, el millón de dólares por mes.

El ejemplo está tomado sólo en un promedio teórico. En la práctica, hay testimonios de mujeres que han hecho hasta 17 pases en un día y en algunos casos hay pases "vip" que se cobran hasta $300 cada uno.

De todos modos, el porcentaje de dinero que reciben las mujeres explotadas es ínfimo. En los múltiples expedientes, las víctimas cuentan que les prometen la mitad de lo que generan, y que luego se los descuentan por distintos conceptos, como alojamiento y comidas. "Empezamos con deuda porque, aunque te traigan engañada, el viaje también te lo descuentan", declaró una de las víctimas que fue traída desde Ciudad del Este, en Paraguay.

A fines de enero, sólo en un fin de semana se allanaron 18 casas y departamentos. Se hicieron algunas detenciones; allí encontraron a 70 mujeres que muchas veces vuelven al lugar cuando lo reabren. La razón: no tienen dónde ir. Por estos días, cualquiera que ande de a pie tiene a su paso un "privado" en Mar del Plata. A veces con una disimulada luz roja en el porche, otras con un cartel refulgente. Ya casi no hay chicas trabajando en la calle. Ahora están puertas adentro, pero por todos lados: La Posada, una de las wiskerías más populares de la zona roja -en el barrio La Perla-, funciona a no más de 50 metros de la casa del Obispo.


Extraido de: Clarin.

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